11/30/2009

Otra oportunidad! Historia de Anne Castillo (:

Otra oportunidad

- Allison, apúrate, vamos a llegar tarde, el 115 sale dentro de diez minutos, y tenemos que caminar hasta la parada – le reprocho Natalie a su amiga.
- Tan solo un momento Nat – le respondió está de vuelta.
La joven se encontraba abstraída por la pedrería de una hermosa pulsera que se vendía en un nuevo tarantín llamado “La Enviada”, situado en la esquina de la calle Lingtood. Natalie comenzó a jalar a su amiga por la muñeca para que se apurara, sin efecto alguno.
- Si te la vas a comprar, hazlo, pero rápido que no quiero tener que soportar por tercera vez los regaños del Sr. Stark - dijo en tono de suplica.
Allison quería, pero no podía, ya que debía de guardar el dinero para pagar el pasaje del autobús y el almuerzo. Además, de que el cielo comenzaba a volverse gris y nublado, en señal de lluvia.
Soltó un largo suspiro de resignación, y le entrego la pulsera devuelta a la extraña vendedora, la cual estaba envuelta en pliegues y capas de tela de distintos colores de la cabeza a los pies, dejando a la vista tan solo el color ámbar de sus ojos. La vendedora, con una inclinación de la cabeza acepto la pulsera, pero no sin antes, coger a Allison por la muñeca fuertemente y decirle:
- No subas a ese autobús. Se irá por un barranco y todos morirán, contigo incluida – su voz sonaba extraña, en una especie de susurro bastante audible para ella, pero al parecer, no para su amiga, la cual tenía en su rostro una expresión de que-demonios-haces-hablando-con-la-anciana.
Allison frunció el ceño y la miro con cara de pocos amigos, porque claramente, no estaba acostumbrada a que alguien se le acercara para decirle que iba a morir si se subía a un autobús. De mala gana, esta se zafo del agarre de la vendedora, y se dirigió junto a su amiga.
La vendedora, no satisfecha, salió de su tarantín para dirigirse a paso rápido hacia Allison. Las capas de tela que cubrían su rostro, por la carrera, se vieron más sueltas, dejando a la vista algo de sus mejillas y nariz perfilada, su piel de un matiz claro pero colorado.
- ¡No puedes subir a ese autobús! No me hagas tener que obligarte – sus ojos ámbar brillaban de vivida cólera.
- ¡Aléjese de mí! – le respondió de vuelta Allison, mientras se daba la vuelta, y con ambas manos empujaba a su amiga la cual se encontraba con los ojos como platos mirando la pequeña escena.
- Te lo advertí – dijo la mujer en tono desafiante. Fue entonces cuando Allison sintió como sus piernas dejaban de responder, no caía, pero no podía dar un paso más, es como si hubiera sido clavada en el suelo, una mente totalmente activa en un cuerpo inanimado. Tampoco podía hablar, su boca tampoco respondía, al igual que sus brazos, por lo que no podía vociferar ningún sonido, ni tampoco tratar de alcanzar algún objeto, cualquier salida de escape.
Logro girar su rostro tan solo un poco, tan solo para observar como a su amiga le sucedía exactamente lo mismo, ella tampoco se movía, y parecía una estatua de lo quieta que estaba, solo sus ojos demostraban el terror que sentía.
El tiempo paso y ellas no pudieron hacer nada, no sabían en qué momento se había ido la vendedora, solo tenían el ligero presentimiento de que esta ya no se encontraba allí. Al cabo de varios y largos minutos, sintieron como sus cuerpos les volvían a responder.
Soltando suspiros de alivio y aun aturdidas por lo ocurrido, se echaron a la carrera hacia la estación. Como era de esperarse, perdieron el autobús, por lo que tuvieron que llamar a la mama de Allison para que esta las llevara a la universidad, y obteniendo por supuesto, un regaño y un castigo por parte del Sr. Stark.
Al día siguiente, Allison encendió la televisión, ya que había terminado con sus deberes, y comenzó a pasar los canales para encontrar algo detenido, deteniéndose de golpe en el canal del noticiero, en donde informaban que el autobús número 115 de la estación “Parque sur”, había resbalado por el acantilado de la ruta 56, debido a una avalancha de barro producida por la lluvia torrencial que había caído, llevándose así la vida de todos sus pasajeros, incluido el chofer, cobrando la vida de un total de 56 personas.
A Allison se le creó un nudo en el estomago, y junto con eso vino la sensación de nauseas. Apago el televisor en un pestañeo, y se hecho en el mueble de la sala. Dejando paso a una serie de sollozos incesantes, no pudiendo irse de su cabeza la idea de que podría haber sido ella o Nat, una de esas personas que murieron. Si no hubiera sido por la señora del tarantín, ellas habrían muerto, eso era seguro, y por ello debía le debía una grande.
Ese mismo día, Allison se dirigió al puesto del tarantín, con una cesta llena de comida, y un poco de dinero en efectivo. Solo que cuando llego, no había nada. No estaba el tarantín, ni mucho menos la misteriosa señora con sus encubridoras ropas. Era como si nunca hubiera estado allí.
Se acerco a los negocios cercanos, para preguntar qué había pasado con la señora, pero lo único que consiguió como respuesta fueron miradas extrañas y nada de información sobre la mujer, ni mucho menos a su tarantín y sus ropas holgadas. Como si nunca hubiera existido tal mujer, pensó Allison.
Un escalofrió le recorrió el cuerpo, y resignada se dio la vuelta de regreso a casa. La brisa azotaba ferozmente contra su rostro y hacia que su cabello revoloteara frenéticamente a su alrededor. Un manojo de papeles fueron mandados volando por el ventarrón, haciendo que uno de ellos chocara contra su rostro.
Allison lo cogió entre sus manos, y se fijo en que era tan solo un recorte de periódico. Estuvo a punto de arrojarlo, hasta que se percato de que este era más amarillento y viejo de lo normal. Leyó lo que este decía:
“Trágico Accidente
El coche de María Isabel García de 17 años, junto con su cuerpo, fueron encontrados esta mañana, en medio de los matorrales ubicados al borde de la ruta 56. Se dice que su auto se coleo debido a la calle mojada, por lo que este se salió de la vía y se revolcó por el acantilado hasta chocar contra un árbol. El coche fue destrozado por la caída, junto con el cuerpo de la mujer que lo conducía, el cual se encontraba a varios metros de este, sin vida.”
Al lado del artículo aparecía la foto de una mujer, de ojos color ámbar, piel clara, y con unas ropas extrañamente familiares para Allison. Más abajo aparecía la fecha en la que había sido publicado el artículo:
7 de noviembre del 2008
Allison sintió como sus piernas comenzaban a flaquear, y como sollozos amenazaban por salir de su boca, cuando comprendió 3 cosas: Ayer había sido 7 de noviembre, la mujer que había evitado que ellas se subieran al autobús había muerto hacia exactamente un año, en la edad que ellas cursaban en esos momentos, y si no hubiera sido por esa mujer, ellas estarían muertas en ese momento. Al reverso del papel en letras doradas y con fina escritura, decía: “Vivan lo que yo no viví”


Fin

1 comentario:

  1. Dios mio!! que historia, me facino, la señoras le advirtio para uqe no pasara lo mismo que a ella le paso, pero ¿como supo la señora que hiba a ser el mismo dia que ella murio?, es algo un poco confundido, pero muy emocionante a la vez, me facino, sigue poniendo casa haci, haha, bueno pues te dejo, me facino tu blog ee, deja veo a ver si hay mas para leer y comentar ^^


    byee!! =)

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