Primer concursante: Heridas de la infancia by:♥ Ro Fray

“Anoche estuve en el umbral del infierno, y hoy estoy a la vista del cielo”-

Heathcliff, Cumbres Borrascosas

“Entonces verás el mundo como es: infinito”

William Blake



Eran las nueve de la mañana, el frío se filtraba por las rendijas entreabiertas de las ventanas y todos los niños se sentían duros de frío; helados hasta los pies.

Estefania, sentada al fondo, miraba al piso. Siempre trataba de no cruzar con las burlonas miradas de sus compañeros pero en la escuela pasar desapercibida no es tarea fácil: si con nueve años pesas más de lo habitual, tienes los dientes chuecos y el pelo raído, aunque para las madres sus hijos son todos hermosos


-La suma del pizarrón, Estefi ¿Cuánto da el resultado?- preguntó su maestra con voz chillona, tras repetir varias veces la misma pregunta

-Mmm…-Estefania, no podía pensar si todos la miraban inquisitivos, expectantes, esperando su equivocación para gozar de ello- ¿20?

-¡Dios! al Jardín de infantes deberías volver

…


Y aunque para su tristeza y pesar no la devolvieran al jardín, nuestra Estefi cumplió los trece años y las cosas no cambiaron demasiado. Siempre las profesoras arruinando su vida

-Estefi, ¿Podes ir a buscar a Jiménez de primaria?

Ella sin remedio asintió con la cabeza y fue a buscar al idiota que no venía solo o sola… ¿Quién era Jiménez?

Para llegar a la primaria, primero tuvo que pasar por delante de los grados mayores y de la puerta entreabierta, un chistoso, canturreó:


-¡¡Fea!!- y unas risitas se esparcieron por toda la clase. Estefi, apuró más el paso y trató de hacer oídos sordos…a sus oídos y a su corazón

…

Entre burlas, insultos y rechazo la dulce niña creció, cultivando odio y resentimiento en su interior

-Todo pasa- consolaba su madre al sollozo de la ya adolescente Estefania- algún día vas a…

-Estar mejor, claro. Pero a mi me importa hoy y HOY, es una mierda.

…

Un día, Estefi se despertó con muchas preguntas, las mujeres pueden ser muy insoportables cuando sus hormonas del período les juegan una mala pasada.


¿Era mucho pedir, aire, sol y felicidad? Algo tan simple que tienen todos los demás. Hoy sentía que veía sus problemas con tanta claridad que podía reírse de ellos; era inservible para lo que le gustase hacer, las personas la dejaban porque era, vale admitir, “densa” como ella sola. No había nada que le gustase de lo que pudiera hacer, entonces comía y miraba televisión, solo una depresiva más del montón. Una persona que no tenía nada de especial…bien los chicos le habían echo entender que era indeseable y aburrida ¿no debería ser simpática, como toda chica fea? Se cuestionaba


…

La niña, tenía veinte años ya, era muy infeliz. Miraba el cielo y las estrellas…pero incapaz de contemplarlas, sabía su realidad y aunque miraba el cielo, de allí los ángeles no bajaban. Tomó un trago de coñac y una lágrima asomó sus mejillas


Alguna vez creyó en el amor, pero nadie ama a alguien que no se quiere a sí mismo, otra salvación inequívoca.

Alguna vez creyó que el arte pudiera rescatarla, lo único que amaba en la vida, pero sólo fracasaba era muy inservible para lo que sea. Recordándose caídas en sus clases de circo tomó otro trago, y otro, y otro. Hasta que nada quedó de la botella. Inclinó su cuerpo sobre el borde de la terraza y el vacío la mareó


Cansada de sí, de la vida, del mundo y de la humanidad, fue hacia el extremo de la terraza dónde daba a un baldío, extendió sus brazos a ambos lados

Sonriendo, dejando sentir la última brisa, se sentía demasiado extasiada para pensar en nada. Solo ella y el aire, ya se sentía más parte del aire que de su cuerpo y ya que el cuerpo es una cárcel que contiene el alma hasta la muerte, quiso liberar su alma de la manera más rápida posible.

Dio un paso más, otro y al siguiente estaba cayendo, cayendo hacia el fin de una errónea existencia

…


El cuerpo de Estefi yace en paz junto al de su madre, pero el cuidador de “Chacarita” no sabía que quienes lloraban, no eran dignos de esas lágrimas. Personas como la maestra que la mandó a Jardín de infantes y el chico que la llamó, fea, estaban ahí, llorando almas que eran merecedoras de lágrimas más dignas y puras


-Si hubiese algo que pudiera cambiar, hija mía…-comenzó la madre

-Ahora estamos en paz, silencio- susurró sonriendo a su mamá.


En el mundo de la existencia se aprecian los “lapsos”. ¿Cada cuánto? Seguramente se preguntaran ¿siete años, una década? La respuesta es: “No”. Una vida, esa es la respuesta, después de una vida larga y feliz sobreviene una nueva vida de infierno y tortura, es este el equilibrio en el mundo…tranquilos Estefi y su madre les espera una larga y feliz vida y no se preocupen si la suya es un infierno. Existe toda la eternidad para, al menos, vivir muchas vidas más y recuperarse de las ya pasadas.